WASHINGTON.— El virtual candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, hizo ayer alarde de su legendaria capacidad para cambiar de postura como de calcetines al asegurar que, en caso ganar las elecciones en noviembre, impulsará una reforma migratoria que permita la reunificación familiar y la legalización de ciertos estudiantes indocumentados.
Ante miembros de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO, por su sigla en inglés), Romney criticó al presidente Barack Obama por haber incumplido sus promesas de campaña y aseguró que, a diferencia de él, no se conformará con “medidas provisionales” como las anunciadas recientemente por la Casa Blanca para suspender temporalmente las deportaciones de jóvenes indocumentados.
En un desesperado intento por reconquistar el voto latino, Romney llegó ayer incluso al extremo de robarle una línea al presidente Obama al asegurar que la reforma migratoria “no sólo es un imperativo moral, sino una necesidad económica”.
Según adelantaron miembros de la campaña Romney, el plan del aspirante republicano pasa por el fortalecimiento de la seguridad fronteriza, un programa de trabajadores temporales, la ampliación de visas para extranjeros con altas destrezas laborales y la residencia legal para estudiantes indocumentados que presten servicio militar.
El mensaje de Romney fue criticado por organizaciones defensoras de la comunidad inmigrante que aún tienen muy presente la propuesta del aspirante republicano a favor de la autodeportación de millones de indocumentados o cuando alabó los beneficios de la ley antiinmigrante SB1070. “Mitt Romney prometió ayer una reforma migratoria, pero no dijo ni cómo, ni cuando”, consideró Frank Sharry de la organización America’s Voice. “Pero quizá le hubiéramos creído si se hubiera distanciado de una vez por todas de los extremistas del Partido Republicano”.
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