8 jun 2012

Minería en Perú, maldita bendición

LIMA.— En 2010, la minería le dejó a Perú un 61% del total de ingresos por exportaciones. Y como la diversificación no avanza al ritmo que sus promotores quisieran, todo indica que el país continuará teniendo en los próximos tiempos una economía esencialmente basada en la actividad extractiva.

Perú es el segundo mayor productor mundial de plata, cobre y zinc y en el codiciado oro ocupa el sexto lugar. El ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, estima que el país captará 50 mil millones de dólares en proyectos mineros y energéticos hasta 2018, de los que 30 mil millones podrían llegar en los dos próximos años.

Pero la minería no camina por una alfombra de rosas en Perú. Décadas en que grandes mineras causaron destrozos ambientales y se llevaron sus ganancias sin dejar nada para las localidades con cuyos subsuelos se enriquecieron, generaron una grave crisis de confianza en comunidades campesinas. Además, diez personas han muerto en enfrentamientos entre manifestantes y policías en los 10 meses de gobierno de Ollanta Humala y los heridos se cuentan por centenares. La mayoría de los conflictos sociales se generan en la minería y la imposibilidad de hallar consensos.

Teóricamente, la población del departamento norteño de Cajamarca debería estar feliz con los 4 mil 800 millones de dólares que la estadounidense Newmont y la peruana Buenaventura piesan invertir en su proyecto Conga. Pero esas empresas son también las que han manejado en la misma zona a Yanacocha, la mayor mina de oro de Sudamérica, y la relación estuvo marcada por más bajas que altas.

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