WASHINGTON.— En una movilización que se ha inspirado en los llamados “freedom rides” —viajes en autobús de grupos multirraciales de jóvenes para rechazar la segregación racial a comienzos de los 60—, decenas de jóvenes indocumentados se han propuesto salir de las sombras para viajar desde Arizona a Carolina del Norte y hacer acto de presencia en la Convención Nacional del Partido Demócrata para exigir una reforma migratoria justa y amplia.
La movilización “Sin papeles, ni miedo” busca denunciar las legislaciones antiinmigrantes que replican los términos de la SB1070 de Arizona para arrinconar a los indocumentados. El 25 de junio, la Suprema Corte declaró la no constitucionalidad de ciertas provisiones de esta ley, pero dejó en efecto la sección 2b que permite a la policía detener e indagar el estatus migratorio de ciertas personas detenidas en Arizona.
“Los indocumentados estamos organizando este viaje para presentar nuestro caso (en el marco de la Convención Demócrata) y para reconducir el debate en el terreno de la migración en la dirección correcta; de la exclusión a la inclusión”, han adelantado los organizadores de esta campaña que tendrá como insignia uno o varios autobuses repletos de indocumentados (“undocubus”) que se trasladarán de Arizona a Carolina del Norte.
El viaje arrancará el domingo 29 de julio en Phoenix, Arizona, la “zona cero” del movimiento antiinmigrante, y culminará el 3 de septiembre en Carolina del Norte, en el marco de la Convención Nacional Demócrata que reafirmará su respaldo a Barack Obama como candidato a un segundo mandato.
“El plan es cruzar el territorio por algunos lugares de gran simbolismo y llegar a la Convención Demócrata para ver si nos reciben como delegados honorarios o para ver si nos excluyen del encuentro”, señalaron participantes de la movilización; el objetivo es que Obama tome una postura clara en el espinoso asunto de la reforma migratoria antes de solicitar el apoyo de los hispanos.
A pesar de que las más recientes encuestas le conceden una amplia ventaja a Obama entre el electorado latino (70%), contra 22% del republicano Mitt Romney, el resabio de frustración que han dejado las cifras record de deportaciones —más de un millón y medio durante su administración—, han convertido al presidente Obama en un “candidato a prueba” del electorado latino.
Obama llegó ayer a Florida para participar en diversos mítines. El estado podría ser decisivo en las elecciones de noviembre.
Entre tanto, una encuesta de CBS/The New York Times reveló que Obama y Romney se mantienen empatados. El presidente tiene 46% de intención de voto; el ex gobernador de Massachusetts, 47%. (Con información de agencias)
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