12 may 2012

“Al elegir pareja, vence la mejor cama”

Tener piel o química es, según la columnista, el requisito para empezar una historia de amor y armar un proyecto a futuro. Asegura que la mujer “modocita” ya fue.


¿Quién no se enamora después de tener buen sexo? Esta consideración no implica género: tanto mujeres como hombres se enamoran cuando han tenido un sexo espectacular y han conseguido un placer intenso en la intimidad.

Desde todos los tiempos, una buena cama nos hace sentir jóvenes, deseados y con autoestima. Esto no diferencia entre sexos, es absolutamente equitativo.

Las mujeres esperan, entre otras cosas, encontrar un buen amante y conseguir en el terreno sexual el añorado orgasmo. Si este llega de la mano de un artesano, tendrá el amor eterno.

En el terreno sexual se juegan tantos aditivos que cuando llega el momento la mayoría de los seres humanos suelen sentirse frustrados. Aún cuando todo hasta el momento ha sido perfecto, una cama que no gusta puede llegar a tirar abajo todos los sueños y fantasías futuras.

"Es perfecto en todos los ámbitos, pero no me llevo bien en la cama", dicen y llega el peor de todos los males posibles: empezar a pensar cómo será el futuro con alguien con quien no existe compatibilidad ni entiende cuáles son esos requerimientos mínimos para el goce de la pareja.

Más allá del Viagra y de las emociones, existe un factor de común denominador y es la apatía que se siente cuando el sexo no es lo que pensábamos que sería, ni da resultado.

Los hombres suelen tener el mismo deseo. Una buena amante los enamora, los intensifica, y pueden llegar a hacer lo que jamás hubieran pensado hacer, dejar esposas de años, poner fecha de casamiento, convivir, viajar, y un gran etcétera, solo por unas cuantas noches de placer intenso.

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