18 abr 2012

Las remeras xenófobas de River contra Boca

A una cuadra del estadio de River, a metros de ese templo del fútbol que es el Monumental, el mismo juego, paradójicamente, muestra su peor cara. Sobre la vereda, sin ningún tipo de control, se venden remeras con inscripciones racistas.
"La envidia de los bosteros", se lee sobre la tela negra franqueada por un DNI argentino que corona el acto discriminatorio. En las tribunas de nuestro país están "legitimadas" las agresiones racistas, la enfermiza manía de suponer una burla en el reconocimiento del de enfrente como extranjero; la necia valorización de la propia cultura que habita en esa actitud; la tonta defensa, la respuesta, del "agredido" que no hace más que vertebrar la cadena discriminatoria.
Desde hace un par de años, el Inadi les exige a los árbitros interrumpir el juego cada vez que desde el tablón baja el canto lesivo. Federico Beligoy, quien pitó el último fin de semana en el encuentro que disputaron River y Huracán, demoró el reinicio del juego porque los hinchas millonarios no cesaban en esta actitud. La imposición de quienes están dotados para hacerlo, al menos, existe.
A pesar de los intentos realizados, el problema, parece, radica principalmente en ciertos hábitos enraizados no sólo en el fútbol, sino en la sociedad entera que espeja su esencia, virtudes y defectos, a través de acontecimientos masivos como el deporte y sucesos de este tipo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario